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About the PhotographerGuillermo Arias is a Mexican independent photojournalist based in Tijuana, México. Currently working as an independent photojournalist, he is a regular contributor for the Agence France Presse (AFP). Also, in the past couple of years, he has collaborated with Politico, CNN, NPR, and the ACLU, among others. |
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The vast majority of people living with a minimal sense of security and wellness do not want to leave their life and risk everything they have and are for no good reason. Extreme poverty, violence, persecution and the pursuit of new opportunities has always driven migration movements throughout our history. Although it’s fair to say that in the case of Central America’s Northern Triangle (Honduras, El Salvador and Guatemala), migration to the United States is more complex. The role U.S. foreign policies has played in some of the causes that generate the poverty and violence in those countries, forcing so many people to flee, is undeniable. By supporting oppressive regimes and creating conflict in the name of democracy, but most of all American interests, the United States has spit into the sky, so to speak. Even the infamous maras (gangs), so feared and mentioned as an example of the bad seed immigrants brought into the United States, were born in Los Angeles in the 1980s. Nowadays, these gangs have become a big organized crime network that has gained control through extreme violence in large portions of Central American and are one of the main reasons people feel compelled to flee.
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La gran mayoría de las personas que viven con un mínimo de seguridad y bienestar no quieren dejar su vida y poner en riesgo todo lo que tienen, no sin una buena razón. A través de la historia, los movimientos migratorios siempre han sido motivados por pobreza extrema, violencia, persecución y la búsqueda de nuevas oportunidades. Sin embargo, se puede afirmar que en el caso de la migración proveniente de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, El Salvador y Guatemala) hacia los Estados Unidos es más compleja. Es innegable que la política exterior norteamericana ha jugado un papel fundamental en la generación de las causas que provocan la pobreza y violencia extremas en esos países, y que han obligado a grandes grupos de la población a huir de sus lugares de origen. Al apoyar regímenes opresivos y creando conflictos en nombre de la democracia, pero sobretodo de los intereses propios, Estados Unidos ha escupido al cielo, por así decirlo. Incluso las infames y temidas maras (pandillas), que son utilizadas cómo ejemplo de las malas semillas que ingresan a Estados unidos a través de la migración, nacieron en las calles de Los Ángeles en los años 80. Actualmente estos grupos se han convertido en redes de crimen organizado que utilizan violencia extrema para ampliar su control en grandes sectores de Centroamérica y son una de las principales razones por las cuales la gente huye hacia el norte.
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According to recent official numbers, less than one percent of people traveling to the United States from Central America are granted refugee status. But it only takes one person with a successful story spreading the word to motivate hundreds of others to take a shot. That’s the basic logic behind this phenomenon. Despite all the harsh measures taken by the U.S. government, compounded by the Mexican wall blocking as many Central American migrants as possible, thousands of asylum seekers have been stranded at the northern border waiting for the Covid-19 pandemic to slow and the migration authorities to resume their processing. Still, people from all over the Northern Triangle take the shot, risking everything in pursuit of a better life, and politicians on both sides of the aisle continue to use them as an exchange currency.
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De acuerdo con cifras oficiales, menos del uno por ciento de las personas que viajan de Centroamérica y que solicitan asilo Estados Unidos se les otorga el estatus de refugiado. No obstante, con una sola persona que tenga una historia de éxito y corra la voz basta para que cientos de personas lo intenten. Esa es la lógica básica detrás de este fenómeno. A pesar del endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos de la mano del muro mexicano que bloquea y reprime a la mayor cantidad de centroamericanos cómo sea posible y los miles de solicitantes asilo que se encuentran varados en la frontera a la espera de que la Pandemia de Covid-19 disminuya y se reanuden los procesos migratorios. Las personas del Triangulo Norte de Centroamérica seguirán optando por arriesgar todo y jugársela en búsqueda de una mejor vida, así cómo políticos de todos los bandos los seguirán utilizando como moneda de cambio.
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